Ante la expansión de la práctica budista por todo el mundo, han surgido numerosas controversias en torno a este precepto en los momentos más inesperados. De hecho, las críticas al budismo provienen de muchas personas, a saber: personas que no se adhieren a esta práctica, diversas entidades, seguidores e incluso altos dirigentes de la religión budista. Por tanto, las discusiones y debates se centran en temas variados y delicados que invaden considerablemente la imagen de este precepto. A través de este artículo, podrás comprender los puntos más destacados de esta práctica y luego podrás formarte tu propia idea sobre la meditación budista.
Budismo: ¿podemos realmente confiar en su imagen pacifista?
El budismo siempre ha sido sinónimo de paz y amor en todos los niveles para muchas personas. Sin embargo, acontecimientos desafortunados arruinan esta bella imagen de Epinal. En efecto, una serie de acontecimientos parecen indicar que la religión budista apoyaría actos nocivos. Según un documental producido por Barbet Schroeder, que destaca las críticas al budismo, un monje budista respetado por la población birmana incitó a los creyentes a quemar pueblos.
El objetivo era masacrar a los aldeanos que se habían unido a una minoría musulmana, concretamente los rohingyas. Según los cuentos tibetanos medievales, los maestros rompían los huesos de sus alumnos para poder curarlos después de forma mágica. Las historias incluso hablan del asesinato de reyes corruptos llevado a cabo por personas de menor rango para preservar el budismo en el Tíbet. Según los críticos, incluso parece que los budistas eran frecuentemente violentos contra las comunidades cristianas, musulmanas o hindúes.
El rostro oculto del Dalai Lama
El linaje de los Dalai Lamas resulta ser el linaje supremo de reencarnación buscado tanto en el budismo tibetano como en la historia del Tíbet . Actualmente, a la edad de 80 años, el actual Dalai Lama, XIV del linaje, nació el 6 de julio de 1935 en Taktser, provincia de Qinghai, República de China, condado de Shihuiyao Hui, Ping'an. Detrás de la imagen epinal de la que se beneficia el budismo tibetano en Occidente, se ha revelado un lado oculto más oscuro y crítico.
De hecho, el Dalai Lama es conocido por su rostro que muestra una sonrisa radiante, llena de empatía. En todo momento demostró pacifismo, lo que le valió el Premio Nobel de la Paz en 1989. Sin embargo, las críticas al budismo contradicen esta afirmación al argumentar que el líder espiritual de los tibetanos no es tan zen como quieren hacernos creer.
La ausencia de una policía moral en el budismo
Durante años se han formulado acusaciones contra muchas llamas por muchos motivos. De hecho, hasta el día de hoy las más altas autoridades budistas no han emitido ninguna condena, a pesar de que se han formulado numerosas acusaciones, en particular contra los tibetanos. Así, actos como la violencia y los abusos sexuales, considerados reprobables, siguen impunes.
Las críticas al budismo no pierden la oportunidad de resaltar la ausencia de vigilancia moral en la meditación budista. Cabe señalar que la religión budista deplora la injusticia en todas sus formas, lo que resulta bastante contradictorio en cuanto a la falta de control en esta práctica.
La instrumentalización del budismo por parte de Occidente
Occidente siempre ha puesto al budismo en un pedestal desde los años 70, por su imagen pacífica y benéfica. Varios parámetros pueden justificar la expansión de la imagen pictórica del budismo tibetano en Occidente, entre otros, la instrumentalización de esta práctica por parte de autores del siglo XIX. Con frecuencia distorsionaron su juicio para afirmar sus concepciones del mundo y de la vida espiritual.
Al mismo tiempo, ciertos seguidores del budismo apoyaron estas visiones para que fueran aceptables en Occidente. Parece que varios rituales han sido renovados al estilo occidental. De hecho, los occidentales no comprenden bien la explicación ni el origen de ciertas prácticas inherentes al budismo.
El alcance mágico o sexual de las prácticas generalmente queda fuera del marco lógico de los valores occidentales. Las críticas al budismo destacan el hecho de que el budismo tibetano no constituye un todo homogéneo sino que sigue siendo diverso.
Debates sobre el lugar de la mujer en la religión budista
En las crónicas religiosas de Buda la mujer es considerada un ser inferior, ya sea desde el punto de vista religioso o civil. Su madre, la reina viuda de Magadha, quería ser monja. Al principio, él rechazó su petición y sólo se convenció gracias a las súplicas de su discípulo Ananda. Sin embargo, había inculcado reglas más estrictas a las monjas que a los monjes.
También añadió que el hecho de haber admitido la integración de las mujeres reduciría considerablemente el período durante el cual los ilustrados podrían vivir bajo la ley religiosa. También existe un principio según el cual sólo los hombres pueden alcanzar el estado de Buda. En cuanto a las mujeres, sólo podían aspirar a los primeros grados del despertar espiritual. La crítica al budismo que deplora el mantenimiento del estatus inferior de la mujer también se sustenta en los sutras que inspiraron la redacción de los códigos civiles.
Budismo: ¿entre espiritualidad y religión?
El budismo se percibe de manera diferente según las creencias de cada individuo. Por un lado, los religiosos consideran la práctica budista una filosofía atea. Por otra parte, los filósofos la concilian con las religiones. En otras palabras, la crítica al budismo no deja de subrayar el hecho de que la religión budista no tiene realmente su lugar en la sociedad. Ante este contexto, el Dalai Lama explica su punto de vista añadiendo: “Esta es quizás una ventaja que le permite tender un puente entre religiones y filosofías. »
De todos modos, muchas personas consideran que el budismo es un camino transformador hacia la iluminación. Ven esta práctica como una ciencia meditativa y una tradición basada en la filosofía de la que fluye la sabiduría apropiada para cada momento de la vida diaria.